Tú también puedes recuperar tu camino hacia la Salud. ¿Cómo?
Cambiando los hábitos de tu vida, poniendo consciencia en tus síntomas, potenciando la capacidad de curación innata de tu organismo, favoreciendo un entorno de salud en tu vida a través del:
Control ambiental
Alimentación saludable
Microbiota intestinal
Inflamación sistemática
Naturaleza circadiana
Origen emocional
Trabajando sobre esta ruta, la Salud aparecerá de forma natural e inevitable.
Es lo que veo en mi consulta, es lo que me dicen mis pacientes.
Si ésto es lo que buscas, yo te acompaño.
Jamás en la historia de la humanidad habíamos estado expuestos a tanta concentración y combinación de tóxicos ambientales como hoy en día. Estas sustancias son productos químicos y sintéticos que cada año aparecen en nuestro entorno de forma acumulativa generando un efecto cocktail y provocando numerosas reacciones en nuestro organismo como alteraciones hormonales (disruptores endocrinos) o enfermedades cardiovasculares, cardiopatía isquémica, cáncer o problemas respiratorios, entre otros. No lo digo yo. lo dice la OMS en su informe sobre Ambientes saludables y prevención de enfermedades: Hacia una estimación de la carga de morbilidad atribuible al medio ambiente, el cuál confirma que alrededor de la cuarta parte de las enfermedades mundiales en adultos, y más de un tercio de la morbilidad infantil son consecuencia de factores ambientales modificables.
Yo lo veo a diario en mi consulta, porque gracias a mi contínua formación en Medicina Ambiental y mi experiencia después de varios años con pacientes con SQM, Fatiga Crónica, Fibromialgia y otros SSC, he podido observar la carga tóxica en estos pacientes y su mejoría tras un tratamiento muy profundo de desintoxicación y recuperación (tb de su microbiota, mitocondrias, etc). Pero lo que más me ha llamado la atención es que estos tóxicos tb pueden estar detrás de otras patologías mucho más frecuentes como las ITUs o infecciones de orina de repetición, el SII (cólon irritable), EII (Crohn, colitis ulcerosa), Cardiopatías, Alergias y rinitis, Neumopatías, problemas de la piel, endometriosis y otros problemas ginecológicos, lipedema, migrañas, alteraciones cognitivas, etc….
Cómo es posible que vivamos en un mundo con tanta desigualdad, en la que unos se mueren de hambre y otros se mueren del exceso de comida?? Gran parte de la población está sobrealimentada pero desnutrida. ¿Qué locura, no? Por desgracia, no todos los alimentos de hoy en día nos aportan salud, más bien pueden quitárnosla si no empezamos a poner conciencia en nuestra alimentación. La gran oferta de productos ultraprocesados con altísimas concentraciones de azúcares, grasas hidrogenadas, saborizantes, conservantes han conquistado las despensas de una población metida en el fast food, fast living y de las recompensas inmediatas. Qué difícil es volver a sacar tiempo para cocinar despacio, para comer con calma, para disfrutar de cada bocado…
Pero si queremos estar sanos, no nos queda otra que “parar” y dedicarle tiempo a nuestra Salud. Nutrirnos con alimentos reales, de temporada, ir rotando alimentos, olvidarnos de los azúcares, evitar repeticiones continuadas del mismo alimento (atención especial a la insistencia de trigo y lácteos en nuestras dietas en las últs décadas….), priorizar las grasas y las proteínas de buena calidad, hidratos de carbono de bajo índice glucémico, alimentos llenos de colores, vitaminas y de fibra,y agua mineral como fuente de hidratación principal. No nos nutrimos de lo que comemos, sino de lo que digerimos. Y lo que no digerimos bien, nos inflama. Recuérdalo bien. Por éso, la ALIMENTACIÓN es uno de los escalones más importantes a trabajar con mis pacientes. Una de las herramientas fundamentales para recuperar el camino hacia la Salud.
La #microbiotaintestinal es clave en nuestra salud. En nuestro intestino se realizan múltiples funciones metabólicas, inmunológicas e incluso neuroendocrinas. Hemos pasado de infravalorarlo a considerarlo nuestro segundo (o incluso primer) cerebro en cuestión de unos años. En mi consulta es un punto central clave para ayudar al paciente a recuperar su salud, ya que la mayoría de las enfermedades tienen un origen común en este “nuevo órgano” llamado microbiota intestinal, que cuando se desequilibra provoca un efecto en cadena en el que los sobrecrecimientos (SIBO, IMO, SIFO, LIBO, parasitosis…), el aumento de la permeabilidad intestinal y la entrada indiscriminada de gérmenes, alimentos no bien digeridos, tóxicos ambientales, o incluso metabolitos de los propios microorganismos intestinales, terminan provocando no sólo síntomas digestivos, sino también una inflamación sistémica de bajo grado, intolerancias alimentarias, aumento de las alergias, histaminosis o incluso autoinmunidad.
Sin embargo, a pesar de que hoy en día ya hay mucho más conocimiento sobre ella y muchos profesionales empiezan ya a tratarla de una forma mucho más profunda, lo importante es buscar el origen de su desequilibrio. Si no, será como tantas veces veo en mis pacientes, “pan para hoy, hambre para mañana”… Cuida tu microbiota intestinal y tendrás un buen aliado para recuperar el camino hacia tu Salud.
La mayoría de las enfermedades crónicas se asientan sobre una base de inflamación sistémica de bajo grado que está de fondo durante mucho tiempo antes de que se manifiesten las propias enfermedades. Ahí empiezan muchos de esos síntomas que no dan la cara en ninguna analítica habitual, que no cuadran con ninguna patología o incluso, que asumimos como algo normal en nuestra salud. Pero lo normal cuando hay salud, es no tener ningún síntoma. Ni dolores de cabeza, ni dolores menstruales, ni cansancio, ni anemia, ni dermatitis, ni estornudos, ni rinitis, ni estreñimiento, ni diarreas, ni dolores abdominales, ni tantas otras cosas que mis pacientes asumen como algo normal.
Hemos distorsionado tanto el sentido de la Salud que hemos confundido lo frecuente con lo normal. Para disminuir esta inflamación crónica, silente, de bajo grado, tenemos que trabajar con la insulina, el cortisol, la permeabilidad intestinal, el estrés oxidativo… Los cambios que veo en la evolución de mis pacientes es tan bonita y sorprendente, que no puedo evitar seguir contando y haciendo difusión de esta otra forma de enfocar la medicina, de entender las enfermedades y de recuperar el camino hacia la Salud.
Cualquier estilo de vida alejado de los ciclos que marca la Naturaleza están conducidos a la enfermedad sin remedio. Antes o después aparecerán síntomas que nos recordarán que somos animales adaptados a los ciclos de luz, al contacto con el aire puro, el agua pura, la tierra y el sol. Los #ritmoscircadianos optimizan la fisiología y nuestra salud al coordinar temporalmente la función celular, tisular, y el comportamiento.
El ritmo de vida moderno en el que llevamos sumidos en los últimos siglos nos puede haber traído muchas comodidades a las sociedades desarrolladas, pero por desgracia, no tanta salud. Por suerte nos hemos beneficiado de un sistema de higiene urbana, potabilización del agua y tenemos acceso a sistemas de salud que pueden condicionar la evolución de nuestras enfermedades, pero si nos seguimos separando de la Naturaleza, todas esas ventajas se volverán en nuestra contra.
– El sedentarismo
– El acceso a la comida sin esfuerzo físico
– Las luces artificiales y los ritmos de vida a contracorriente de la luz del sol.
– La exposición exponencial a productos químicos y sintéticos
– El exceso de tecnología y la radiación electromagnética
– El estrés crónico y mantenido
– La ausencia de un propósito de vida
– El aislamiento y la falta de pertenencia a grupos sociales
Seamos conscientes, coherentes y responsables con nuestra naturaleza humana. Cuidémonos. Y de paso, cuidemos de la Naturaleza que tanta Salud nos ofrece
El cuerpo tiene una asombrosa capacidad de homeostasis y autocuración, pero existen múltiples factores que dificultan el reequilibrio natural del organismo, por lo que la medicina debe ir dirigida a entender la enfermedad de una forma global y a tratarla de una forma multidisciplinar e interrelacionada. Hemos perdido la capacidad de escuchar a nuestro cuerpo. Estamos desconectados de los síntomas que expresa nuestro organismo, de nuestras emociones, de nuestro propósito de vida, de nuestra alma. Somos una integración de varios sistemas que pueden hacernos enfermar si se desequilibran:
– BIOLÓGICO
– FÍSICO
– PSÍQUICO
– SOCIAL
– EMOCIONAL
– ESPIRITUAL
Por eso la Salud no sólo depende de eliminar un síntoma sino de entender cuál es su origen, qué está expresando el organismo a través de esos síntomas. De aprovechar esa crisis como una oportunidad para el cambio. Para despertar y tomar consciencia de la vida. Para comenzar un proceso de crecimiento personal y hacernos responsables de una vez por todas de nuestra propia Salud.